lunes, 6 de abril de 2015

Niña de humo

Niña de humo

Pequeña niña oxidada, pintada de gris desprolijamente.
Tu saltabas, reías, y jugabas con muñecas.
Un amanecer, un pérfido cúmulo se posó sobre tus ojos
y penetró por tus retinas.
Oh pequeña niña, ese humo dentro tuyo,
casi no te deja respirar ,nunca se aparta de ti .
Oh pequeña, ojos de avellana.
Corre, salta, ríe ,
Que te hicieron frágil niña olvidada en el tiempo.
Los maltrechos monstruos de tus sueños
fueron más reales de lo que pensabas.
No temas mi pequeña
Libera todo el mal de tu ser

La ronda de los renegados

La ronda de los renegados 
 
 La luna empuja al sol al otro lado del mundo
Entonces se ven desperezar los renegados.
Muertos de día e inadaptados del sistema, 

disconformes con las vertientes de lo habitual.
Invitados por nadie, uno a uno se reúnen en un altar de madera y ceniceros.
Sus cuerpos vírgenes de felicidad se instalan en tronos de paja.
 Las mesas se infectan de vidrios
La ronda de los renegados se forma una noche más.
 Se oyen risas mezcladas al compás de confusas melodías.
Historias de vida recitadas por gargantas roncas hacen eco en las paredes del lugar.
Psicólogos noctámbulos dictan sentencias
 de vidas ajenas que luego olvidarán
Durante horas, estas manchas en el disfraz de la impoluta sociedad;
reconfortan sus penosas almas en este breve regocijo nocturno.

Cascadas de vómitos impregnadas de nauseabunda sinceridad 
han pintado un collage en cada rincon del lugar. 
Ya es tarde, las luces del amanecer violan la sacra oscuridad
 del sombrío sucucho.
 Los presentes comienza a apartarse tímidamente mientras la ronda se desarma.
Uno a uno se retira ocultando sus rostros…. trastabillando… condenando el resto de su día.

Apocalipsis interior

Apocalipsis interior


La realidad hace ruido en mis entrañas,
Percibo la humedad en los estrechos ángulos de mis ojos.
Mi armadura no resiste batallar contra la indiferencia y la maldad.
Mis cuentos de hadas, se convierten en libros de tapas negras y olor a humo.
La creciente agonía interior por lo real, me causa insomnios y nauseas.
Vómito de musgo y barro.
Sensación de enfermedad eterna.
Mis cuerdas vocales lloran, y mis ojos gritan,
suplican piedad a hombres sin cabezas
destinados a apagar las luces alrededor.
Se derrumban mis castillos de naipes y nadie puede encontrar al rey.
Las tinieblas me enceguecen y los alaridos me ensordecen
Las manchas cubren hasta los más recónditos lugares de claridad.
Esta batalla se desata ferozmente en cada rincón del planeta,
mientras los no videntes pasan a su lado chocándose sus palos , compitiendo entre sí.
Las manchas ganan lugar y mi débil existencia se desgaja como una flor,
me siento frágil, tenue y desvaída,
la realidad me extiende su malherida mano,
desea que hagamos un pacto de convivencia,
pero mi cuerpo ya no posee movimientos.

Paloma

Paloma 

Contemplando el cemento, y los barrotes que no elegiste, ahí estás. Blanca como una nube de granizo. Con tus alas entumecidas, tus articulaciones quietas, sin posibilidad de mostrar tus más perfectas habilidades. Sin embargo, tu mirada no muestra rencor. Te ves tan pacífica, tan resignada a tu destino. Oh paloma, eres víctima de una ridícula dicotomía humana, eres símbolo de libertad , y a la vez la misma humanidad te sentencia a un eterno infierno entre rejas. Entro por minutos en tu cuerpo, y quiero liberarte, quiero que traspases los cielos y sientas el aire en tu plumoso rostro. Pero no puedo, perdónalos paloma, no sé si saben lo que hacen.