lunes, 6 de abril de 2015

La ronda de los renegados

La ronda de los renegados 
 
 La luna empuja al sol al otro lado del mundo
Entonces se ven desperezar los renegados.
Muertos de día e inadaptados del sistema, 

disconformes con las vertientes de lo habitual.
Invitados por nadie, uno a uno se reúnen en un altar de madera y ceniceros.
Sus cuerpos vírgenes de felicidad se instalan en tronos de paja.
 Las mesas se infectan de vidrios
La ronda de los renegados se forma una noche más.
 Se oyen risas mezcladas al compás de confusas melodías.
Historias de vida recitadas por gargantas roncas hacen eco en las paredes del lugar.
Psicólogos noctámbulos dictan sentencias
 de vidas ajenas que luego olvidarán
Durante horas, estas manchas en el disfraz de la impoluta sociedad;
reconfortan sus penosas almas en este breve regocijo nocturno.

Cascadas de vómitos impregnadas de nauseabunda sinceridad 
han pintado un collage en cada rincon del lugar. 
Ya es tarde, las luces del amanecer violan la sacra oscuridad
 del sombrío sucucho.
 Los presentes comienza a apartarse tímidamente mientras la ronda se desarma.
Uno a uno se retira ocultando sus rostros…. trastabillando… condenando el resto de su día.

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