viernes, 31 de julio de 2015

Veredas


Veredas 

Las puntas de mis zapatos
están cubiertas de ecosistemas de polvo y partículas.
Las baldosas que sostienen mi humanidad
cambian de colores, de formas, de tamaño
mientras continuo con mis pasos a la misma velocidad.
Mi mente esta abstraída por melodías que me transportan
a las alturas del futuro o a los pantanos del pasado.
Mis retinas están vejadas por imágenes violentas, bizarras;
al mismo tiempo que mis pupilas se expanden y convierten a mis ojos en agujeros negros
Y cruzo calles, gente, árboles
Y no sé si estoy allí.
No sé si comparto materia con todo lo que me rodea
o vivo en un eterno estado onírico.
Sigo mi camino, la música obnubila mis movimientos
Sonrío e imagino situaciones irreales, nocturnas;
mis pies avanzan sobre mugrientas superficies decoradas con excrementos de palomas
queda poco para llegar a algún conocido destino,
y mis músculos laten agobiados.
Mi cabeza corre peligro de extinción
Escucho las últimas notas de la canción mas triste del mundo,
me producen neuralgia.
Vuelvo al mundo, a la gris ciudad.
Observo el reloj, es tarde.
Mi mente se llena de papeles y anotaciones
Soy un mortal más.
E.A



sábado, 11 de julio de 2015

Mundos
En un mundo donde los seres son solo espíritu,
carne es una palabra que jamás se oyó decir.
Los entes deambulan indiferentes,
pues sus almas no padecen
pesares o  enfermedades.

Es en ese lugar donde anhelo pertenecer ,
sin rostros que alabar o juzgar ,
ni vestimentas que cargar .
donde solo existen conexiones entre mentes .
En este mundo que reside solo en mi cabeza,
el sosiego es mi alma gemela.
Y de solo recordarlo ,
deseo quitarme este traje de carne y huesos ,
que me pesa,  me duele, me pierde.
En este mundo, producto de mi imaginación,
habito cada noche, y es mi otro hogar.
Y así es ,
como existo en dos mundos ,
Uno, en el que duermo cargando dolores y desconsuelo,
el otro, en el que despierto liviana y donde transito así por horas,
felices horas,
hasta que las agujas de un dorado reloj indican que debo apagarme , para regresar nuevamente a el otro mundo, donde las herrumbradas agujas de un destruido reloj,
me obligan a levantarme nuevamente,
pesadamente,
suicidamente,
junto a millones de otros cuerpos.